jueves, 19 de mayo de 2011

Juventud. Protestas e HidroAysén


Luego de este letargo de publicaciones y un exilio autoimpuesto vuelvo a escribir en esta página. Hace pocos días llegue a Chile de visita a ver a mis seres queridos y amigos de este país, muy lindo por cierto. Me puse al día sobre las noticias y la actualidad chilena, leí el periódico y revistas hasta saciar mi sed de información. Salí decidido a recorrer las calles de la capital, Santiago y me encontré con la sorpresa de que había una marcha “pacifica” contra la ejecución de un proyecto hidroeléctrico llamado HydroAysén el cual fue aprobado hace un par de días.

El proyecto consiste, básicamente, en la construcción de una central hidroeléctrica en la región de Aysén, al sur de Chile. Son 5 centrales las que finalmente darán un beneficio eléctrico entre la tercera y décima región donde se concentra el 90% de la población del vecino país y brindarán energía equivalente al 35% del consumo interno chileno el año 2008.

Siguiendo con las ventajas del proyecto puedo decir que la construcción, que durará 12 años traerá consigo oportunidades laborales, cabe destacar que se estiman 2.260 personas en épocas de baja intensidad laboral y de 5.100 personas en épocas de alta magnitud. Además el proyecto cuenta con becas de estudio para las familias que residan en zonas aledañas al proyecto y capacitaciones académicas y laborales. Cabe señalar que hasta el momento se han beneficiado a 200 familias de la zona. La energía es limpia y renovable y por si fuera poco evita la construcción de 7 centrales termoeléctricas que, por si el lector no lo considera, son centrales que contaminan efectivamente el medioambiente ya que la energía se genera mediante la combustión de combustibles fósiles como el petróleo, gas natural o carbón tal como la que se encuentra en la V región específicamente en Ventanas.

No existe razón (al menos para mí) para la protesta en cuanto a las ventajas que ofrece el proyecto de HidroAysén, sin embargo tengo la impresión de que la mayoría de los jóvenes chilenos no estará de acuerdo conmigo. Así que tomé la decisión de conversar el tema con compañeros estudiantes y preguntarles el por qué de su malestar. Quiero ser sincero y comentar que muchos de ellos acudieron a la marcha pacífica para protestar en contra del proyecto. La marcha “pacifica” y “humanista” se llevó a cabo a lo largo de todo Chile. En Santiago fue precisamente donde yo viví la violencia de la juventud chilena pongo la palabra “pacifica” entre comillas a modo de ironía, porque fui testigo además de cómo se manifestaban rabiosamente tirando piedras y destruyendo todo a su paso como delincuentes. Procedí entonces a preguntar a mis compañeros protestantes y amantes de alguna revolución arcaica. ¿Cuál era el problema con HidroAysén? Dentro de las escasas respuestas que me dieron la mayoría (gritando y exasperadamente como si fuera obvio) me respondían que Piñera era un capitalista sin alma y que no era justo con el medioambiente realizar el proyecto. Las familias que vivan cerca de la realización del proyecto se verán afectadas y eso es injusto.

Esas fueron, en gran parte las respuestas de mis queridos y “humanistas” compañeros. Pues lamento discrepar con ustedes. En primer lugar porque el presidente Piñera no tiene nada que ver con la aprobación del proyecto. Si bien él es el presidente, él solo representa a un poder del Estado y no a los 3 que lo conforman, él no tiene la facultad de decidir ni deshacer un proyecto que se viene gestando hace 64 años mediante la CORFO y que la nunca bien ponderada ex presidenta Bachelet también apoyó en su momento. Por otro lado respecto a las familias afectadas creo que son más los beneficios que se generan que las desventajas (con el proyecto solo se reubicarán a 14 familias).

Finalmente y lo más importante de todo. El medioambiente, que es precisamente por lo que la mayoría de estudiantes y personajes estaban protestando. Me parece que deberíamos informarnos más acerca de las reales repercusiones que podría traer la instalación de la hidroeléctrica. Considero que, si bien, el proyecto representa un crecimiento y progreso para el país vecino también es necesario velar por la integridad del medioambiente. Hasta el momento el estudio del impacto ambiental nos indica que no se generaran mayores problemas en este punto.

Como consejo final y adicional a mis compañeros y a los protestantes, me gustaría decirles que dejen la hipocresía de lado. Si realmente se consideran defensores del medioambiente, monten bicicleta, ahorren energía, apaguen la luz, no dejen el agua corriendo, reciclen y comprométanse de verdad con su amado medioambiente. Den el ejemplo y dejen de protestar sin saber, infórmense y dejen a un lado su falso y reciente amor por lo verde.

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