jueves, 31 de marzo de 2011

El Terremoto Ollanta

El país está temblando y no es precisamente por un movimiento de las placas tectónicas. Este movimiento no fue telúrico sino más bien económico. Hace un par de días fuimos testigos del gran terror que despliega el candidato presidencial Ollanta Humala. Vimos con incredulidad que se encontraba primero en las encuestas y esto causó un gran revuelo económico, haciendo caer la bolsa de valores de Lima un 5,2% (la mayor baja en lo que va del año), caímos desastrosamente en el riesgo país y por si fuera poco el dólar se elevó a S/ 2,816.

Todos estos datos nos llevan a una gran conclusión, la sociedad (o parte de ella) tiene un miedo desmesurado a un eventual gobierno del comandante Humala. Y les encuentro toda la razón, pues este personaje tan pintoresco y llamativo, hace cinco años postuló a la presidencia con un discurso tan aberrante como utópico que causó la impresión de estar frente a Hugo Chávez o al mismo Fidel.

Sin lugar a dudas nuestro querido Ollanta, aprendió la lección de haber perdido los comicios generales del 2006 frente a Alan García, individuo que por cierto, es tan mentiroso y embustero como la cantidad de su tejido adiposo, pero gracias a la ley del mal menor logró una victoria ese año.

Humala ha cambiado considerablemente su discurso, ha optado por rodearse de personas que lo asesoran para calmar su sed poder y ablandar sus palabras para no crear suspicacias en el electorado conservador. Pero esta estrategia poco le ha servido pues la sombra de Chávez lo persigue hasta el día de hoy, lo quiera o no. Es precisamente este yugo que atormenta al candidato presidencial pues lo hemos visto en entrevistas un tanto acalorado y nervioso sin poder responder ni lanzar adjetivos que califiquen a su maestro y mentor, Hugo Chávez, como un dictador.

A pesar de haber cambiado su discurso, éste sigue siendo, en pocas palabras el mismo. Lo ha retocado y alivianado en algunas partes, pero la columna vertebral de su proyecto es establecer un gobierno estatizador que promueva la nacionalización de empresas o actividades estratégicas tales como la energía, los hidrocarburos, el gas, la electricidad y los servicios esenciales como el agua y saneamiento, el transporte público y las telecomunicaciones, el espacio aerocomercial y los puertos públicos, por lo menos así lo sugiere en el capítulo 4 de su documento “Afirmar la nación, transformar el Estado” que se encuentra disponible para su lectura pública en la página oficial de su partido.

No cabe duda de que se trata de un documento notable que interpreta al Estado y sus extensiones como un monstruo apocalíptico capas de devorar nuestra economía, nuestra política y por si fuera poco el bienestar de nuestra nación. Pues bien, luego de leer exhaustivamente dicho documento tengo la obligación moral, como peruano, de preguntarle al señor Ollanta Humala como piensa hacer semejante barbaridad, como piensa nacionalizar todos los “servicios estratégicos” a los que hice referencia hace un momento; y la respuesta se encuentra en el capitulo primero del mismo documento.

El primer tema que se desarrolla denominado “Renovación Política Democrática” propone en pocas palabras la creación de una nueva constitución, dejando sin efecto la constitución de 1993. Con esto, se dará paso a la creación de lo que Humala llama “Una nueva Republica”. Es mi deber como ciudadano, que está a favor de una democracia justa, informarle al señor Ollanta que el Estado peruano consta de 3 poderes, dentro de los cuales está el legislativo (Congreso) y es mediante éste poder que se podrá crear una nueva constitución. De lo contrario se estaría pasando a llevar uno de los pilares fundamentales de cualquier democracia y dejando en evidencia una actitud dictatorial. Partiendo de esta base, el primer punto de su proyecto quedaría invalidado según las encuestas pues usted solo contaría con un 10,4% del poder legislativo y obviamente eso no lo beneficiaría para poder llevar a cabo su “proyecto nacionalista”. ¿Que pretende hacer señor Humala? ¿Un golpe de Estado? ¿Dejando sin efecto la acción democrática y legislativa de nuestro Congreso?

Nuestro país necesita y merece un candidato que brinde un progreso sostenible en el tiempo en cuanto a políticas públicas, económicas y sociales para el desarrollo y el progreso de nuestra nación. Considero fehacientemente que el señor Humala no es la opción a seguir para determinada tarea, empañaría el crecimiento económico y nos haría caer en desgracia como país (actualmente con una economía en crecimiento). Es sabido por todo el mundo que el Estado no es un buen administrador ni empresario pues no tiene competencia; al no haber competencia (monopolio estatal) los servicios se vuelven lentos y engorrosos. Solamente hay que mirar un poco más arriba en el mapa y hacerse la siguiente pregunta:

¿Queremos ser la próxima Venezuela o Cuba? Dejo a juicio del lector la respuesta.

No me gustaría ver a mi pueblo peruano lobotomizado gritando el 2016: Uh Ah, Uh Ah!, Humala no se va!

3 comentarios:

annelie dijo...

Jose: Eres sencillamente increíble. Como decirte lo orgullosa que estoy de tí, tus palabras lo dicen todo de una forma muy clara. Yo pienso exactamente lo mismo, pero me falta la fluidez para poder expresarme, gracias a tí es todo más fácil. Sigue así, que se nota que esto es lo tuyo. Te amo y te felicito infinitamente.

Anónimo dijo...

De que vale una democracia que sólo vale para los ricos (y medios ricos)?
De que vale un "Crecimiento económico" si solo va para los ricos (y medios ricos)?
Yo creo que Ollanta apuesta por samaquear ese estado de cosas y los otros candidatos, NO. Esa es la razón por la que me gustaría que él llegue a la presidencia.
José el Vikindio

Jose Luis Garcia Beyer dijo...

Estimado José el Vikindio, antes de todo muchísimas gracias por escribir, disculpa la demora por mi respuesta. Me pareció interesante tu posición sin embargo discrepo contigo en cuanto a la democracia. La democracia es el derecho de poder expresarse y ser representados en determinada organización y hasta donde yo sé, en el Perú no se le impide votar a nadie. En cuanto al crecimiento económico siento discrepar nuevamente con usted, mi querido amigo, pues las cifras dicen todo lo contrario, hemos crecido enormemente durante los últimos años. Ahora bien, por otro lado concuerdo con usted en que la riqueza está mal distribuida y la justicia beneficia más a los ricos y medios ricos. Sin embargo tenemos que ver la totalidad del país y apostar por un candidato que no sea tan radical, pues esta radicalidad puede, al principio, generar buenos resultados para le gente pobre, sin embargo desencadenará mayor pobreza, decrecimiento de la economía y precio excesivamente altos por inflación.