lunes, 13 de diciembre de 2010

Wikileaks en el ojo del huracan. ¿Divulgacion responsable o Chismografia banal?


Wikileaks es una organización periodística, sin fines de lucro, que pretende dar a conocer información de relevancia para la comunidad. Hace ya algún tiempo, Julien Assange dio a conocer miles de cables diplomáticos que dicen tener relación con la política exterior de países en los cuales Estados Unidos posee embajadas.

Sin embargo considero que estos cables son meramente apreciaciones que nada tienen que ver con el interés público y si así fuera, ya todos tienen conocimiento de los intereses oscuros y maliciosos del país norteamericano hacia países del medio oriente para obtener beneficios económicos.

Julien Assange como principal publicador de los cables tendría que haber hecho una clasificación de los documentos y dar a conocer exclusivamente los que competen a la opinión publica. Esto es extremadamente complejo, ya que son más de 250.000 los documentos divulgados por la página, pero si se va a revelar información de importancia hay que saber el alcance que éstas tendrán, teniendo en cuenta también, la inmensa magnitud del medio por el cual se va a publicar, en este caso: Internet, herramienta de fácil acceso para 1.407.724.920 de personas, o sea, más de un 20% de la población mundial el año 2008.

Leyendo los cables diplomáticos disponibles en el medio me percaté, una vez más, de la degeneración de la humanidad y de las ganas por saber cosas irrelevantes sobre el otro. Así por ejemplo me di cuenta de que es mucho más importante las fiestas a las que asiste el primer ministro de Italia, Silvio Berlusconi y no la red de corrupción que esta instaurada en su gobierno dejando impune a delincuentes. Nos preocupamos del pago que supuestamente hizo el presidente francés Sarkozy para liberar a Ingrid Betancourt, dejando de lado el real problema actual de Colombia, un país infectado de guerrilleros terroristas que causan estragos. Nos interesa más saber si es verdad que el presidente boliviano, Evo Morales tiene un tumor en la nariz o la presidenta argentina tiene problemas mentales o psicológicos, en vez de preocuparnos por la economía de esos países o de su política exterior.

La verdad es que personalmente no me interesa saber si Angela Merkel es poco creativa, o si el canciller brasilero se refiere a Hugo Chávez como: “Perro que ladra, no muerde”. Eso es sabido por toda la región y el mundo entero. Considero la libertad de expresión como un derecho fundamental para una sociedad más justa y próspera, sin embargo considero que debería velarse por la integridad de las personas afectadas no dando a conocer información que no es de carácter público.

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